Consejos que te ayudarán a obtener mayor disciplina en tu día a día para que logres tus metas y multipliques tus resultados
La gran mayoría de personas en general no fracasan por no definir en forma clara sus objetivos, ni por falta de un plan para alcanzar tales aspiraciones. El punto clave se relaciona con la ausencia de disciplina que no nos permite mantener un esfuerzo constante en el tiempo para alcanzar los resultados esperados.
La disciplina no es algo innato del ser humano, es un comportamiento que se debe trabajar en el día a día como un atleta se entrena para correr una maratón o un músico ensaya para una presentación.
Es común observar cómo pasan los días y se nos viene ese sentimiento de culpa por desperdiciar el tiempo y no estar realizando actividades que nos ayuden a alcanzar nuestros principales objetivos.
Es que la disciplina se enfrenta a diario con nuestros impulsos y decisiones emocionales de encontrar satisfacción en el corto plazo. Preferimos comernos una hamburguesa antes de una ensalada prometiendo que mañana iniciaremos la dieta, revisamos nuestras redes sociales antes de apagar el celular y concentrarnos en estudiar, preferimos ver televisión o ver una película o serie en Netflix antes de aprender o desarrollar una nueva habilidad.
Existen una serie de métodos y consejos que te presento en este artículo que te ayudarán a obtener disciplina y fuerza de voluntad para que de una vez por todas comiences a ver resultados y alcances tus metas.
8 formas de mejorar la disciplina
1. Identificar tus mayores debilidades
Todos tenemos malos hábitos en nuestra rutina diaria que desde un inicio comienzan a condicionar nuestro comportamiento de forma desfavorable en el logro de nuestros objetivos.
Tu primera tarea será reconocer de forma honesta cuáles son esos malos hábitos que te alejan de tu objetivo y trabajar de forma prioritaria en corregirlos.
Fumas, duermes mucho, te alimentas mal, llevas una vida sedentaria, pasas mucho tiempo jugando videojuegos o en redes sociales, cualquiera de estas situaciones puede estar afectando la calidad de tus días y son los primeros rivales a los que debes vencer.
Por lo que el comienzo del desarrollo de la disciplina debe enfocarse en corregir estos vicios y evitar cualquier tipo de distracción o tentación que te ayudará a estar más motivado y enfrentar con una mejor actitud los retos que se te avecinan.
2. Definir objetivos y un plan de acción
Sin un Por Qué, seguramente tendrás una derrota segura en la búsqueda de disciplina. Si al inicio de este artículo te comenté que las personas no fracasaban por no tener planes, sino por falta de disciplina, tampoco encontrarás mayores resultados si no defines una meta concreta que te motive a desarrollar esta poderosa herramienta.
Cuando definas en forma específica y clara tus objetivos, debes trazar el plan que te ayude a alcanzar tales objetivos. Si quieres ser un mejor estudiante, seguramente definirás un horario de estudio permanente que te permita alcanzar mejores notas en tus exámenes o si quieres leer más libros, definirás una cantidad mínima de lectura de páginas por día.
La disciplina es el puente entra las metas y el logro
3. Desarrolla la autodisciplina
La disciplina no es un don natural con el que nacen algunas personas elegidas, todo lo contrario. Es un comportamiento que se desarrolla de forma continua en el tiempo y que debe transformarse en una actividad de tiempo completo.
Las tentaciones y distractores se presentan a diario en nuestro entorno, por lo que saber controlar nuestros impulsos y saber decir no, forma parte clave en el proceso de obtención de disciplina.
Actividades y hábitos como el hacer tu cama después de levantarte, ordenar tu cuarto, dejar tu mochila o ropa lista para el próximo día, son pequeños desafíos diarios que te ayudarán a ir entrenando tu disciplina, aunque no reporten ningún beneficio directo a los objetivos que te has planteado.
Creo que la autodisciplina es como un músculo. Cuánto más se ejercita, más fuerte se vuelve
4. Desarrolla hábitos simples y de fácil éxito
Si quieres correr una maratón y llevas una vida sedentaria no puedes ponerte como objetivo el primer día de entrenamiento correr 10 km, tu cuerpo no se encuentra preparado para tal esfuerzo físico y seguramente elegirás un plan más conservador que te garantice resultados en el largo plazo.
La disciplina se debe trabajar desde el mismo enfoque, no puedes ponerte grandes desafíos en un comienzo, si no estás habituado a realizar tales esfuerzos. Probablemente aguantes 1, 2 o 3 días con una exigente rutina, pero finalmente tirarás la toalla y te convencerás que esto no es para ti y volverás a tus viejas costumbres.
Desafíos tan simples como cepillarte los dientes antes de ir a dormir, hacer tu cama, dormir 5 minutos menos, comer una fruta al día, leer 5 páginas de un libro, son ejemplos de pequeños hábitos diarios que te iniciarán en el camino de la disciplina y serán el mejor puente hacia retos mucho más exigentes y desafiantes en el futuro.
Te recomiendo el artículo en donde hablo sobre el método kaizen y cómo aplicarlo en tu día a día para que lo puedas usar en el desarrollo de estos pequeños triunfos diarios.
5. Control del tiempo y planificación
La vida es tiempo, nunca debes olvidarlo, por lo que gran parte de tu éxito estará marcado por las decisiones diarias de la forma en que inviertes cada minuto de este.
Establece de forma clara los horarios en que desarrollarás las actividades que te inicien en el camino de la disciplina, para otorgarles un puesto de privilegio en tus actividades diarias.
Apóyate con el uso de agendas y calendarios para tener una visión clara y global de tus actividades y las puedas controlar de la mejor forma posible.
6. Fuerza de voluntad y la adversidad
No te pongas límites desde un comienzo, ya que servirán como muralla para el avance progresivo que irás adquiriendo con el tiempo. Simplemente busca cada día ir mejorando y con el tiempo descubrirás cuáles son tus verdaderos límites.
Al principio puedes que creas que con 1 o 2 horas de disciplina diaria será suficiente para alcanzar tus objetivos, sin embargo, este pensamiento te puede confundir haciéndote creer que no es necesario más esfuerzo y dedicación en la búsqueda de tus objetivos, construyendo tú mismo el techo de tu progreso.
Otro punto por tener en consideración, son los inevitables hechos adversos con los que nos vamos a afrontar a diario. Enfermedades, problemas en el trabajo, discusiones con tu pareja y otras circunstancias que te pueden hacer doblar las rodillas, pero que debes ser capaz de afrontar de la mejor forma posible para no perder tu fortaleza y disciplina mental.
7. Sistema de Recompensas
Todo esfuerzo tiene su recompensa y el lograr ser disciplinado no es la excepción. Crea un sistema que te permita premiarte cuando avanzas en la dirección correcta. Colócate mini objetivos cada semana y valora al final de ella si cumpliste con las tareas y responsabilidades que tenías planeadas.
Generar un sistema de recompensa no implica por ejemplo que, si te propusiste realizar actividad física durante 10 minutos cada día, te vas a comer una pizza o una hamburguesa al final de la jornada. Debes tener cuidado en premiarte de forma adecuada de manera de no ir en contra de tus propios objetivos.
8. No seas tan duro contigo mismo (Sigue avanzando)
Por último, recuerda que la disciplina no es un objetivo puntual, sino que implica una forma de vida y generar un plan de acción para alcanzar tus sueños. Por lo mismo es completamente normal que haya días malos, días en que no lograste cumplir con tus tareas y obligaciones o que las cosas no salieron de la forma que esperabas.
Un mal día no implica que el día siguiente, la semana, el mes o toda tu vida las cosas se van a torcer y no van a suceder como esperabas. Ten la visión de enfrentar cada día con energías renovadas y con una actitud positiva pensando que las cosas irán mejor. Recuerda que lo más importante es mantenerse en un continuo avance, no hacer nada simplemente será retroceder.
Ten calma, los días malos también se terminan
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